Partiendo del texto clásico Vanguardia y kitsch, nos proponemos analizar la obra del crítico norteamericano Clement Greenberg. Después de la intervención del Estado norteamericano en el arte entre 1935 y 1943 (los WTA), Clement Greenberg surge como uno de los principales críticos que buscaron unificar el “arte elevado” de ese país. Para tanto, el crítico norteamericano busca justificar el nivel artístico de esa vanguardia acercando esa producción a las vanguardias europeas, especialmente el cubismo. Veremos los problemas de Greenberg al forjar una “historicidad inmanente” a las obras de arte para justificar una posible convergencia de las vanguardias europeas en el nuevo contexto de la vanguardia norteamericana: el “expresionismo abstracto”. Greenberg, con ayuda del MoMA y del Estado norteamericano buscó fomentar una “pintura a la americana”, una vanguardia conocida como escuela de Nueva York. Buscamos analizar el contexto en que se forjó esa tendencia artificiosamente unificada y cómo el pop art emerge como una crítica performática de ese contexto. Más que vanagloriarse de sus métodos técnicos, el pop art busca subvertir el contexto de recepción del arte que hasta entonces era expectante del “arte serio y elevado” defendido por Greenberg.